Qué causa la desconfianza
Ser desconfiado es algo que a todos nos ocurre durante nuestra vida. Sentimos desconfianza hacia una situación que no nos aporta seguridad o hacia una persona que no nos parece de fiar. Pero también existe la desconfianza extrema, que se convierte en algo enfermizo, obsesivo y exagerado, que afecta a muchísimas personas.
¿Cuál es el origen de esta desconfianza tan exagerada? suele comenzar cuando durante la infancia se han sufrido abusos, humillaciones o manipulaciones. Son experiencias muy dolorosas que marcan profundamente tanto a la persona como a la manera en que ésta siente, piensa y se desenvuelve cuando es adulta.
Algunas de estas situaciones son:
- Abusos o maltratos físicos durante la niñez.
- Ser objeto de humillaciones, menosprecios y burlas, lo que se conoce como abuso verbal.
- Había alguien que disfrutaba viendo sufrir al niño-
- El niño era obligado mediante amenazas y castigos a hacer cosas.
- Uno de los padres recordaba al niño constantemente que no podía confiar en nadie.
- Hay alguien que comenzó a hacer daño al niño de manera deliberada cuando se supone que le debía proteger y cuidar.
Cuando se ha sufrido alguna de estas traumáticas experiencias, la persona no encuentra las relaciones como algo relajante, sino que les parecen peligrosas e impredecibles. Eso hace que se sientan vulnerables y den por hecho que los demás buscan herirles, utilizarles y traicionarles. Lo ven como algo normal y por ello no piden el respeto que merecen.
Al acostumbrarse a estar en guardia y mantenerse a la defensiva, siempre que alguien hace algo agradable por ellos creen que están buscando algún tipo de beneficio, que lo hacen por interés y que tienen razones ocultas. Por eso sus relaciones no suelen ser duraderas ni sanas.
El sentimiento de inutilidad que crean los abusos, maltratos y humillaciones es muy poderoso, y provoca una gran falta de autoestima que lleva a la persona a avergonzarse de quién es, creer que no vale nada y que no tiene derecho a pedir respeto ni a defenderse.
Hay que impedir a toda costa que esta desconfianza extrema siga controlándonos, y para ello la atención de un especialista en psicología puede ser muy importante.