Consejos para evitar la depresión postvacacional
Se conoce como depresión postvacacional al síndrome que experimentan algunas personas al finalizar sus vacaciones. Volver a la rutina diaria del cuidado de los niños, el trabajo y los estudios puede hacer que surjan el desánimo, la apatía, la tristeza, la irritabilidad o el insomnio. Y para no caer en ella, vamos a ver algunos consejos que harán más positiva la vuelta a la rutina.
- Es normal sentirse sin entusiasmo y desanimado después de las vacaciones, Durante ese tiempo, el relax ha estado presente y nuestra persona necesita habituarse poco a poco al cambio, así que hay que dejar que pasen los días sin angustiarnos por el malestar que sentimos. Poco a poco nos iremos sintiendo mejor.
- No hay que dejar que los pensamientos pesimistas como “no hay ningún festivo cercano” o “queda mucho para volver a tener vacaciones” nos controlen. No nos ayudan a la hora de adaptarnos ni nos aportan ningún beneficio. Además, siempre tenemos los fines de semana. Así que es más recomendable sustituirlos por pensamientos más positivos que nos aporten calma y tranquilidad.
- Hay que intentar disfrutar del trabajo y los compañeros. El puesto de trabajo no debe ser un lugar aburrido y triste. Además, fomentar un ambiente amigable puede aportarnos buenos momentos durante el tiempo que pasemos en el trabajo.
- Volver al trabajo no es ninguna tragedia. Si nos desanimamos podemos recordar todo lo que nos aporta el estar trabajando, no sólo económicamente sino también a nivel social y emocional.
- Hay que ser cuidadoso con la tensión, las presiones y las exigencias que podemos sentir al volver al trabajo. Un ambiente exigente donde pasemos de la tranquilidad al estrés de manera habitual es muy perjudicial a nivel físico y psicológico. El problema no es el final de las vacaciones, sino el trabajar en un ambiente tóxico. Hay que hacer todo lo posible para que el ambiente y las condiciones no sean desagradables, poco saludables o negativos.
Estos consejos pueden hacer más fácil regresar al trabajo con una actitud positiva, porque siempre depende de la manera en que lo percibamos y analicemos, así como la manera en que manejamos los pensamientos negativos.